Los viejos...
Anoche fue una noche de aquellas, me senté con el gran Wilfredo a cenar y terminamos en una conversación terrible de nuestros viejos. Wilfredo perdió a su viejo hace muchos años y su vieja hace unos pocos, yo a mi viejo hace ya casi 10 años. Recordamos momentos memorables de cada uno con ellos, los terribles instantes de la muerte, lo que dejaron, lo que pensamos en el momento, lo bien y lo mal que hicimos algunas cosas.
al final tras un rato, lagrimones incluidos, nos dimos cuenta que nada está superado, que esos viejos formidables siguen ahí. Nos miran, yo creo nos ayudan sin que lo sepamos, nos inspiran muchas veces, nos dan fuerzas cuando parece que no se puede, pero por sobre todo son aún ejemplo, son aún inspiración y eso nunca muere perdura en el tiempo.
Lo único bueno es que nos dimos cuenta que no podemos olvidar y así debe ser.